("No basta con alcanzar la sabiduría, también hay que servirse de ella".
Cicerón, De Finibus, 1, 1, 3. Traducción de Neus Galí).
Este
post es el quinto de una serie prevista de 15 entregas (tres por
semana) que trata acerca del proceso de una joven de 24 años en su
empeño por ser feliz. El morfopsicólogo Àlex Martínez Miralpeix y el consultor de comunicación Jose Hermida acompañarán a María a lo largo de la experiencia. Los nombres y lugares se han adaptado a la narración para preservar la intimidad del personaje real.
RESUMEN DE LO PUBLICADO:
Entrega 1. "ME VA MAL CON LOS CHICOS"(pulsar AQUÍ para ir al primer capítulo).
Entrega 2. "¡QUIERO SEDUCIR A QUIEN YO QUIERA" (pulsar AQUÍ para ir al segundo capítulo).
Entrega 3. "LO QUE DICE TU ROSTRO Y LO QUE TÚ CREES QUE DICE" (pulsar AQUÍ para ir al tercer capítulo).
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Pedro Calderón de la Barca publicó en 1655 El gran teatro del mundo. Calderón se anticipaba con su obra en tres siglos a las técnicas actuales de la denominada proyección de la imagen personal o marketing personal.
La idea central de Calderón consistía en que la vida humana es como un
teatro donde cada persona representa un determinado papel. La novedad
de la morfocomunicación que aplicamos en Morfocom va
más allá: la efectividad de un papel ante el público depende del
escenario en el que lo sitúes. Para ello necesitas dos herramientas:
una, el saber quién eres, y dos, ver lo que realmente tiene lugar a tu alrededor.
Da
igual si la actriz o el actor se saben de memoria el texto del libreto:
si no son conscientes del entorno en el que la palabras, gestos o
acciones tienen lugar... no sólo el público no se emocionará, sino que,
en el mejor de los casos, se levantará de sus butacas y se largará del
teatro, sino que en el peor... le prenderá fuego al local. Es decir, pasará de ti.
En el post anterior (Uso, abuso y desuso de las emocionesi) habíamos
anticipado algo en este sentido, pero ahora, lo que queremos compartir
con todos vosotros es la importancia de saber qué es lo que realmente
está teniendo lugar a tu alrededor.
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Tras
ese descontrol de los mensajes por parte de María, ésta entra una
frenética montaña rusa emocional que, en efecto, termina por fulminar
toda esperanza de felicidad.
Hay un viejo dicho que asegura el que si no sabes hacia dónde vas, terminarás por llegar a un sitio que posiblemente no te guste.
En morfocomunicacion decimos: "Si no sabes dónde estás, no llegarás a ningún sitio".
Precisamente
por eso nos propusimos entrenar a María para que supiese en todo
momento dónde se encontraba. Y la tarea no resultó nada fácil.
A partir de la próxima entrega empezaremos a saber por qué.
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