jueves, 1 de noviembre de 2012

Timidez inducida y manipulación




"Información es poder". Esta frase ha adquirido caracteres de dogma en el seno de las organizaciones. No obstante parece no haber sido comprendida en todo su incómodo significado.

El concepto de desinformación inducida refiere el desequilibrio entre las dosis de información que poseen los distintos sujetos que forman parte de un grupo. Una persona puede ser dominada si su monto de información se encuentra por debajo de lo que el resto del grupo comparte.

Resulta interesante que el bajo nivel de información en un contexto social tiene poco que ver con la inteligencia de la víctima, su capacidad económica o su sexo, entre otras muchas variables. En una pandilla de adolescentes, la persona que lidera el grupo puede imponer que se oculte a una o varias personas información sensible (por ejemplo, la consecución de unas invitaciones para un espectáculo o la hora y lugar de una cita). De forma similar, en una gran organización, un sujeto con poder suficiente puede no solamente ocultar, sino suministrar información falsa a otra persona (y en ocasiones a todo un departamento) de cuáles son las herramientas para alcanzar determinados objetivos... ¡e incluso de cuáles son esos mismos objetivos!

Al no conocer el funcionamiento de las reglas, formales o informales dentro de una organización, el sujeto se ve obligado o bien a actuar a ciegas, o bien a abstenerse de actuar de ningún modo. El resultado siempre consistirá en que es "apartado del grupo", pasando a ocupar un rango de dominado, bajo la presión dominante de la persona o grupo que conoce dichas reglas.

La ruta de la Timidez Inducida sigue este proceso:


1. La víctima desinformada comete errores, pero no se siente especialmente amenazada por ello.
2. Los efectos de la dominación ajena empiezan a ser reconocibles por la víctima. De aquí  pueden derivarse dos caminos alternativos:

                   2A) La víctima se rebela y fuerza a los dominadores potenciales a que reconozcan sus maniobras de ocultación.
                   2B) La víctima se adapta.
Es obvio que no en todos los casos la ruta 2A soluciona el problema... pero el problema no se soluciona a través de la ruta 2B en ningún caso.
3. Si la ruta elegida (o forzada a elegir) es la 2B, se iniciará un rápido subproceso en dos pasos:

1º) El sujeto echará la culpa a los otros y 2º) El sujeto empezará a echarse la culpa a sí mismo por no ser capaz de solucionar el escenario adverso en el que se encuentra.


A partir de ese momento, se comportará de forma descentrada, inhibida y por lo tanto tímida. El DRAE describe al tímido como "medroso", "encogido" y "falto de ánimo". Evidentemente., ¿De qué otra forma podría comportarse encontrándose a diario entre tinieblas?

Recordemos siempre que en el paso 2A reside la única opción posible de salir a la luz y, parafraseando al DRAE, "desencongerse"..

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